El trastorno del espectro autista (TEA) no es una enfermedad, es una condición de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Se utiliza el término “espectro” para describir el autismo, porque existe una amplia variación en el tipo y la intensidad de los síntomas que tienen las personas con esta condición.
Características de las personas con condición espectro autista.
Estas se caracterizan por el compromiso en siguientes áreas:
Cognitiva: Aprenden, piensan y procesan la información de forma diferente.
Social: Evidencian dificultades en comprender algunas reglas y en cómo relacionarse con los demás.
Emocionales: Pueden evidenciar dificultades para comprender y expresar lo que sienten.
Intelectuales: Pueden tener dificultades a nivel intelectual, o por el contrario, tener un nivel intelectual superior.
Procesamiento sensorial: Pueden ser más sensibles que las demás personas para percibir información sensorial del ambiente, como sonidos, luces, olores y texturas.
¿Qué podemos hacer como familia?
Debemos tener en cuenta que el diagnóstico no es una sentencia, es lo que nos permite encontrar la forma de ayudarles a vivir mejor. Es importante vivir el duelo en relación a nuestras expectativas como familia, pero comprender que no es una sentencia, es el camino para apoyarles a vivir la vida de una nueva manera.
Si bien, esta condición es para toda la vida, una detección temprana, tratamientos y terapias pueden mejorar considerablemente los síntomas y la capacidad de funcionamiento de las personas con esta condición.
Establecer horarios y rutinas para la realización de actividades. El saber que está pasando y cuando va a suceder ayuda a los niños/as con la transición de una actividad a otra y les permite mantener una estructura que le entrega calma y le permite anticiparse.
Anticipar acontecimientos nuevos, haciéndoles saber lo que sucede, o más bien lo que va a suceder, creando de este modo una sensación de calma, que favorecerá que puedan regularse más fácilmente.
Entregar instrucciones cortas y concretas, primero asegurándonos que tenemos la atención de nuestro hijo/a antes de entregar cualquier información verbal. Se sugiere dividir cualquier instrucción larga en pasos más pequeños y dejar un tiempo para repetir la instrucción. Es relevante evitar instrucciones que utilicen lenguaje figurativo o cualquier información que no sea específica.
No hay que centrarse completamente en las dificultades que se pueden evidenciar, también debemos tener presente cuáles son sus fortalezas que deben ser potenciadas diariamente.
Jamás subestimar el potencial de tu hijo/a, motívalo/a ofrécele espacio, contención, comprensión y siempre espera que él o ella desarrolle al máximo sus capacidades. No debemos olvidar que tienen capacidad para aprender.
Los niños/as autistas merecen sentirse cómodos y a gusto con sus cerebros autistas. Para lograr esto, es esencial que padres, profesores, cuidadores y terapeutas trabajemos en equipo.